domingo, 15 de enero de 2012

Pollo sin cebolla


Hoy quería cocinar unos muslos de pollo que compré ayer y al ir a la nevera me he dado cuenta ¡que no tenía cebolla! No me he dejado amedrentar por la situación y he decidido que el pollo me iba a quedar igual de bueno pues no me faltaban de otros ingredientes. Bueno, no es que tuviera ningunos en particular en mente. Fiel a mi estilo he cogido lo que me quedaba en la nevera y me ha quedado un pollo delicioso.

Ingredientes:
Pollo (en este caso, mulsos cortados por la mitad)
4 dientes de ajo
½ Zanahoria
½ Pimiento amarillo
½ Pimiento rojo
1 Tomate
1 Patata
Guisantes congelados (unos cuantos al gusto)

Tomillo fresco
Sal gorda
Pimienta blanca
Aceite de oliva

Preparación: En una olla calentar el aceite y dorar el pollo a fuego fuerte. Salpimentar. Picar el ajo y añadirlo. Dejarlo que se dore un poco. Luego el tomillo.  Bajar el fuego e ir añadiendo la zanahoria y  los pimientos todo cortado a trocitos pequeños. Dar un poco de tiempo a cada ingrediente. Con el tomate igual hay que darle unos minuticos. Por último añadir los guisantes y la patata, también cortada a trocitos, con un poco de agua para que termine de cocer. Una vez añadida la patata con tenerlo a fuego lento unos 20 minutos más debería ser suficiente.

Queda perfecto como segundo plato para comer con pan. O se puede variar la receta añadiendo más patata y quedaría como un plato único de lo más saludable con todo lo necesario para quedar satisfecho y con la tripa llena.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Luna y Oscuridad 1


Pues aquí dejo este relato que hace tiempo que me ronda la cabeza y que intento escribir, y que no sé si voy a ser capaz de terminar.



Una vez más era 31 de octubre, fecha en la que se celebraba Samhain, en gallego Samaín, o digamos simplemente Halloween, pero para Luna además era el día de su cumpleaños. Haber nacido ese día del año a las 11:59 de la noche y llamarse Luna no la ayudaba mucho en sus intentos fallidos de parecer normal. Pero para entender un poco mejor la singularidad de nuestra amiga debemos conocerla un poco mejor.

Luna era una niña menuda y delgada. Sus ojos verde oscuro como el bosque bajo un cielo de tormenta encerraban demasiados misterios para pertenecer a un ser tan pequeño, su cabello rubio platino, tan claro que era casi blanco y su piel tan blanca como la porcelana le otorgaban una belleza extraña más propia de una criatura de cuento de hadas. En el pueblo, que era un pueblo pequeño, hubo muchos rumores cuando Luna nació, los vecinos se cuchichearon muchas historias al calor del brasero. Historias que se olvidaron con las lluvias de la primavera, y aunque inicialmente no había hombre, mujer o niño que pudiera evitar quedarse mirando al bebé, hipnotizados, todos aprendieron en un plazo razonable de tiempo a ignorar ese par de ojos verdes demasiado oscuros, demasiado extraños que todo lo miraban y que nunca lloraban. Así que la niña creció, y fue una niña solitaria. Era de esperar, como hemos dicho, todos en el pueblo sabían que era una niña extraña. Aun así, no fue una niña triste para nada, pues su madre la quería mucho y su abuelo le consentía todo. Y bueno, luego, con el tiempo, también estaba Gabriel, que desde que se quedó huérfano de padre, se convirtió en su único y mejor amigo.

Fue en un accidente de la mina en el que él mismo estuvo atrapado bajo tierra durante tres días. Lo sacaron gravemente herido y necesitó más de un mes para recuperarse lo suficiente como para salir de la cama. En esos días tuvo muchos delirios y en muchos de ellos estaba Luna, sus ojos verdes y su melena plateada como un faro en la oscuridad – ¡Luna! – gritaba – Él te busca, Luna. Ten cuidado. No le dejes que te encuentre. – y seguía llamándola en sueños. Su hermana que le cuidaba, intentaba calmarlo sin éxito. Finalmente, Laura, rota de dolor por la muerte de su padre, decidió que no iba dejar morir a su hermano sin intentar conseguirle un poco de paz. Así que se secó las lágrimas lo mejor que pudo, se acercó a casa de María y le pidió permiso para que Luna fuese a visitar a Gabriel. Por aquel entonces, ella tenía 12 años y él 16. Y aunque no fue fácil convencer a María, y aunque todos en el pueblo susurraron que fue extraño, aquella tarde Luna y su madre fueron a ver a Gabriel cuando la primera volvió de la escuela. A partir de ese día Gabriel no volvió a delirar y Luna pasó por su casa cada tarde. La niña le contaba que su gata Caprichosa había parido, le contaba que había ido al bosque a buscar lavanda para su madre, o a recoger robellones con su abuelo. Le explicaba entre risas como doña Clara, la maestra, se quedó dormida en clase mientras leían, o le enseñaba a hacer nudos marineros con la ayuda de un libro que había encontrado y que era de su abuelo. Tarde a tarde los días pasaron, Gabriel se recuperó y los dos se hicieron inseparables.

Gabriel no volvió a ser el chico que todos conocían. Lo que ocurrió abajo en la mina se le quedó incrustado bajo la piel. La oscuridad le asustaba, pero en el pueblo nadie osó hacer comentario alguno al respecto. Nadie comentó tampoco como se alejó de todos y si era raro o apropiado que prefiriera pasar su tiempo con una niña de 12 años. Nadie dijo nada tal vez porque su padre había muerto, tal vez porque en el pueblo estaban acostumbrados a obviar lo extraño y a esa niña extraña. Y llegó el verano y ya nadie parecía percatarse de esa extraña pareja de amigos. Él tan grandote de pelo castaño enmarañado y unos ojos color miel llenos de furia contenida que solo parecían suavizarse cuando salía el sol, y ella tan pequeña con su melena de plata peinada. A los dos les encantaba ir a la playa del acantilado y tirarse el día entero bajo el sol. A mitad de verano la piel de Gabriel era del color de la canela. Luna por el contrario no cogía color ni se quemaba. Daba igual cuantas horas se pasara al sol, su piel siempre pálida hacía honor a su nombre. Una particularidad más que demostraba su singularidad.

domingo, 20 de noviembre de 2011

Receta simple para combatir dias aciagos y futuros mas aciagos aun

  1. Cómprate una entrada para Coldplay o el equivalente en tu lugar. No importa el precio, solo cómprala. La sensación de satisfacción es instantánea.
  2. Repasa tu calendario de cultura y ocio. Cuanto mas apretado sea mejor. No es que cambie la realidad con ello, pero ayuda a digerirla
    1. Mañana Breaking Donw, es decir, sobredosis de autocomplacencia intra venosa
    2. 26N ballet: Manon en el Royal Opera House
    3. 9D Coldplay en el O2. Con un poco de suerte espero incluso ver Princes of China con Ryhana
    4. 12D smith&burrows...
    5. 12E Romeo y Julieta. Royal Opera House
    6. Febrero las Bodas de Fígaro también en el ROH
Vivir en Londres me da una ventaja muy por encima de la media en este punto, pero bueno, si hace falta os hacemos hueco. Un español más o menos tampoco se va a notar. Hay Sturbucks, Prets, Zaras y similares para que trabajéis todos. Si estáis licenciados y con estudios de posgrado mejor aun, seguro os dan el trabajo. Y no os preocupéis, pagareis impuestos de sobra como para recapitalizar el Banco Mundial. Eso sí, los museos son gratis.
  1. Reza por el advenimiento de la reencarnación de Labordeta. De nuevo, no es que vaya a cambiar nada con que haya un infiltrado que diga verdades. Pero estar muerto no es excusa para abandonar.
  2. Ver el video en modo continuo.


  1. Y por último, para evitar incomodas nauseas y tener controlada nuestra salud mental, modera las dosis de telediarios durante no menos que los siguientes 4 años. Este punto es muy importante para evitar la desgana, y/o la desesperación, aunque estoy segura de que todos nos lo vamos a saltar.  En cualquier caso, al menos cuídate de no ver las imágenes de Génova esta noche. Tampoco hace falta que nos suicidemos todos esta noche.


PD: Ah! Se me olvidaba, refugiate en la ciencia ficción, en libro serie o película. Matrix,  El Señór de los Anillos, Cancíón de Hielo y Fuego, Blade Runner, 1984... hay mas verdad en ellos que en la mayoría de lo que nos cuentan.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Sobre economía, crisis, lo que no entiendo y toda esa verborrea codificada que usan para que no nos enteremos de nada


Hoy es uno de esos días en los que leer las noticias de economía (artículo de RTVE, artículo en Publico.es, artículo Escolar.net, estas son las que me he leido) me deja frustrada, cabreada y sintiéndome tremendamente idiota por no entender gran cosa y no saber suficiente, y todo eso a parte de deprimida. Además de que en caso de saber y entender más, probablemente aun estaría más frustrada y más cabreada, pero al menos alcanzaría una cierta paz interior de saber donde estoy realmente parada.

En los enlaces de más arriba cuentan en resumidas cuentas que los mercados atacan al euro, las primas de riesgo de los países se disparan (aun más) y que en el último trimestre Europa tan solo ha crecido el 0.2%. Todo eso significa que los países tienen que pagar más por su deuda, todos menos Alemania, bendita sea ella. Yo que soy una persona simple y no sé de economía, me pregunto, y esa deuda, los países ¿a quién se la deben? Es decir, ¿a quién le pagamos intereses? Y digo pagamos en plural todos nosotros porque cada gobierno digo yo que pagará con los ingresos de cobrar impuestos a sus ciudadanos y cargarse a machetazo limpio los servicios públicos, que eso de tener educación y sanidad pública de calidad es un lujo muy caro. También, las agencias que hacen estas valoraciones de primas de riesgo... ¿quiénes son? ¿son entidades gubernamentales? ¿Entidades privadas? Mas importante aun, ¿Qué intereses les mueven? ¿Son un ente alienígena desconocido? Estas agencias dictan sentencia, como resultado los mercados fluctúan y los países tiemblan, primeros ministros caen como moscas y los ciudadanos sufrimos y pagamos las consecuencias.
Todo se reduce a la economía y estoy cansada de que cuando se trata de noticias de economía todo sea tan abstracto. La información nos llega, digamos, encriptada. Y el españolito medio, seamos sinceros, no domina este código en cuestión. Y con esto quiero decir que vemos las noticias, si, y nos decimos a nosotros mismos que sabemos lo que pasa, que estamos muy bien informados. ¿Pero sabemos de verdad lo que pasa? ¿Entendemos lo que leemos? ¿Comprendemos lo suficiente de macroeconomía como para valorar las causas y las consecuencias de lo que nos dicen? ¿De cómo empezó la crisis, como hemos llegado a dónde estamos y qué es lo que nos espera? Evidentemente no.  En ese caso ¿Qué me queda?

Pues lo que me queda como ser humano abrumado y sobrepasado es negarme a seguir siendo una analfabeta en materia económica, negarme a cerrar los ojos y seguir dormida. La verdad de lo que pasa no es tan complicada, lo que pasa, es que son muy pocos los que se molestan en contarnos la verdad de verdad y no encriptada. Véase “Inside Job”, documental ganador del Oscar en 2011, que nos explica clara y llanamente, con nombre y apellidos, con un lenguaje al alcance del ciudadano medio, como empezó la crisis, como hemos sido estafados, quienes fueron los responsables, quienes adobaron el camino, quienes cerraron los ojos… etc. No fueron entes abstractos los que corrompieron el sistema a su favor, fueron personas de carne y hueso. Compañías y entidades concretas. Así pues que no nos engañen con palabrería abstracta que solo consigue ponerme de mala leche. Puede que los mercados y las primas de riesgo, etc, etc, sean el lazo que envuelve la caja, pero dentro de la caja están las piezas reales del juego. Esas son las que quiero ver, para saber a qué juego estoy jugando. O mejor dicho, a que juego juegan conmigo.
Estamos casi en 2012 y la crisis parece no tocar fondo. Quiero saber lo que está pasando ahora, y no que me digan que los mercados atacan al Euro. ¿Qué cojones significa eso? Ya estoy harta de que me inunden el cerebro con verborrea codificada. 

It’s time to wake up. Es hora de elegir la píldora roja.
(Es que el otro día vi Matrix, no lo he podido evitar)

martes, 18 de octubre de 2011

Occupy London – St Paul - 15O

Ayer diferentes personas alrededor del mundo, digamos que unos cientos de miles… tal vez más, no sé cuantas pero muchas, nos pusimos de acuerdo para salir a manifestar de forma simultánea nuestra indignación hacia los mercados de valores y los bancos responsables de causar una crisis de repercusiones a escala global. No está mal, verdad. Hace unos años, algo así se me habría hecho inimaginable, no tanto por el contenido de la protesta, como por la extensión, dispersión y alcance. Bendito sea internet. En mi caso fui a la convocatoria de Londres, dado que es ahí donde resido, y si os digo la verdad, en un principio no me pareció gran cosa. Había gente, pero no multitudes y me pareció que la cosa iba a pasar desapercibida por los medios. Confieso que soy de las que pienso que los medios de comunicación dominantes están minimizando las protestas todo lo que pueden, o al menos dando la información digamos muy "editada". Pero luego he buscado en internet y tras ver fotos y videos, me he sentido mucho mejor, viendo que ciudadanos desde Tokio a Berlin, pasando por Sidney estábamos ahí, porque estamos despiertos, estamos atentos, nos negamos a ser esclavos de la élite financiera y exigimos que se nos escuche. Exigimos una democracia real. Exigimos a nuestros gobernantes que gobernantes que gobiernen para nosotros, no para los que manejan el cotarro del dinero, esos cuya avaricia no tuvo límites y que nos han llevado con irresponsabilidad absoluta a donde nos encontramos mientras los políticos a los que votamos y pagamos con nuestros impuestos miraban hacia otro lado. Demandamos un cambió y lo demandamos haciendo uso de derechos ciudadanos básicos como la libertad de expresión, de reunión, de asociación… no se me ocurren más, pero seguro hay mas.

En este sentido y dejando de lado valoraciones personales de contenido y fondo, lo que hoy quería contar es como viví la pacífica aunque nada sutil y desde luego represiva táctica de la policía británica hacia lo que era una pacífica manifestación ciudadana. Tiene hasta nombre, "the kettle". Y hace falta que se cuente porque en una sociedad libre y supuestamente democrática, es inadmisible.

La acción se desarrolló como sigue. Londres, St. Paul durante una manifestación completamente pacífica, la policía sitió la plaza. Cuando yo llegué no se podía entrar, es decir te negaban tu derecho fundamental a manifestarte pacíficamente. Por otro lado, a los que estaban dentro desde temprano no les dejaban salir a no ser que fueran turistas o parecieran turistas. En ese caso si podías salir. Para que quede claro, los que estaban ahí desde temprano ni siquiera sabían que estaban sitiados. Mi amigo se dio cuenta de que no podía salir cuando intentó hacerlo. Yo seguí por allí intentando entrar hasta que encontré un único sitio por donde te dejaban entrar a la plaza, pero con una cámara de la policía que grababa a todo el que entraba. Una vez dentro, con el paso de las horas la policía fue cerrando el cordón y taparon toda la visión de la plaza con sus camionetas. El ambiente era tranquilo, gente con sus pancartas conversando, incluso se podía ver algún que otro matrimonio con bebes o niños pequeños, y en cualquier caso nunca demasiada gente, siempre hubo espacio para moverse y circular, y antes de que cerraran el cordón había gente haciendo cola en el Starbucks, o nosotros mismos nos metimos a comer al Pizza Express, para que os hagáis una idea de lo subversivo de la ocupación. Ya llevábamos unas cuantas horas y finalmente decidimos irnos o al menos intentarlo. Creo que eran como las cuatro o cinco de la tarde. Por el cordón principal era imposible salir, así que nos dirigimos hacia una de las calles laterales de la catedral. Una vez allí con policías bloqueando toda la calle, uno nos paró. Nos dijo que no podíamos salir, pero delante nuestro acababa de salir una chica. Le pregunto porque ella si puede y nos pregunta que si éramos manifestantes. La única manera de salir era negando que fueras manifestante. Les mentí tranquilamente con premeditación alevosía y sin ningún remordimiento. Como ciudadana creo que tengo todo el derecho del mundo a entrar o salir de una manifestación cuando me plazca. Sobre todo cuando te salen con argumentos tan absurdos como los que le dieron a mi amigo cuando intentó salir la primera vez. A la pregunta de por qué no se podía salir. Respuesta: para evitar comportamientos antisociales. Pregunta: ¿que se considera un comportamiento antisocial, no permitir que la gente vaya a su casa es un comportamiento antisocial? Respuesta; Si. (WTF! Entonces déjame irme a mi casa). Pregunta: ¿Cuándo podremos salir? Respuesta: cuando se acabe. Pregunta: cuando se acaba? Respuesta: Cuando se vaya la gente. Semejante respuesta se merece otro WTF! Como se va a ir la gente sino la dejas salir.

La técnica esta de sitiar e ir cerrando el cordón le llaman kettle y es fácil ver que funciona en dos sentidos. Por un lado evitas que la gente que viene a manifestarse pueda entrar, y cuando te dejan entrar por puntos estratégicos de control evidentemente te lo piensas dos veces. Había mucha gente que se quedó fuera y no pudo o no se decidió a entrar, y mientras estás fuera sin poder entrar muchos se desaminan y sencillamente se va. Disuasorio total. Por otro lado cojona un poco cuando decides entrar. Y una vez dentro, saber que cuando quieras salir vas a tener problemas agobia un poco, con lo que se favorece que se genere tensión.

Tal vez, leído o contado no parezca tan grave la cosa, pero sí lo es. Cuando los que tienen el poder usan las instituciones del estado para coartar la libre expresión, es que algo anda muy mal. Porque su obligación es escucharnos, que para eso les pagamos. Y todo esto sin contar las tergiversaciones de la prensa, como la de la BBC refiriéndose a la ocupación en St. Paul como "los acampados anticapitalistas". Lo que induce a pensar una de dos. O ni se han pasado a ver lo que hay, pues la diversidad de gentes, opiniones, ideas, propuestas, demandas... da para mucho más que para una generalización tan errónea como burda. O dos, Mass Media Control. Pero eso ya es harina de otro costal, que daría para otra entrada de blog que seguramente me dará pereza escribir.

Es hora de despertar. Es hora de actuar.

Difunde la palabra. Busca la verdad.