lunes, 18 de junio de 2012

Eleciones griegas y mis pensamientos aleatorios sobre las mismas, la crisis... tantas cosas.

Que decepción. Al final tenemos lo que nos merecemos porque sigue habiendo tanta gente que no se da cuenta de que tiene el poder de no votar a oportunistas y mentirosos. Todos dicen lo que haga falta decir mientras son aspirantes al gobierno y todos hacen lo contrario una vez están ahi. Los griegos van a tener a Samarás, nosotros tenemos a Rajoy, las noticias parecen dadas por MINITRUE... y seguimos hablando de si los mercados estan felices o descontentos con este o aquel evento y de la deuda y el déficit y los bancos, estos son los mas importantes de todos porque tienen que estar llenos de dinero no importa a costa de que, en vez de hablar de si hay huelga minera en asturias, de por qué ahora resulta que la desobediencia civil o simplemente manifestarse han pasado a ser actos terroristas, de si los griegos van a poder controlar su tasa de suicidios o de donde coño está europa. porque la europa que a mi me vendieron en su dia era una para todos y todos para una y ahora lo único que queda en esta europa descompuesta es usura privatizada para el beneficio de unos pocos y el sufrimiento de muchos. Un tres por ciento de diferencia y nada ha cambiado... incluso cuando tanta gente ha cambiado. ¿Es eso democracia? Nos dicen que si, que eso es, pero yo ya no me lo puedo creer. Pues eso, que decepción.

domingo, 8 de abril de 2012

Luna y Oscuridad 2


No sé a dónde vamos a ir a parar con esta historia, pero aquí va la segunda entrega.


Con la llegada de Gabriel a su vida, Luna descubrió que tenía muchas cosas que contar ahora que tenía un amigo a quien contárselas. Así que como le diera el día, la chiquilla podía pasarse el día entero parloteando, y Gabriel, él nunca se cansaba de escucharla. En cualquier caso, resultaba de lo más conveniente ahora que Gabriel no hablaba mucho. Escucharla lo mantenía alejado de sus propios pensamientos y eso era bueno. Las horas de cháchara interminables y los días al sol obraron milagros en él, aplacando su furia y disolviendo la sensación de peligro inminente que le perseguía desde que lo sacaron medio muerto de la mina.

Pero el verano termino. Y las pesadillas volvieron.

Era de madrugada cuando Luna se despertó con los ladridos del perro y de golpes. Alguien estaba aporreando la puerta de casa. Cuando se asomó al pasillo su madre ya estaba escaleras abajo abriendo la puerta. 
– ¡Gabriel! ¿Qué te pasa? – exclamó su madre en una mezcla de angustia y de sorpresa. Luna que también corrió escaleras abajo, llegó junto a su madre. Y ahí estaba Gabriel, un Gabriel asustado, con cara de espanto. 
– Gabriel, ¿Estás bien? – Preguntó Luna. Ella lo hizo con mucha calma. Pasó un instante más largo que corto, mientras Gabriel se ahogaba en un par de ojos verde oscuro, casi negros en la oscuridad de la madrugada, que le permitieron recobrar la calma. 
– María… perdóname – dijo finalmente –  Lo siento no quería asustaros. – Sus ojos seguían clavados en Luna – Yo... tuve una pesadilla… necesitaba saber… yo… bueno, solo quería saber si estabais bien. Perdóname – dijo de nuevo avergonzado mientras se giraba hacia la mujer que lo miraba disgustada.

Con todo el alboroto, ninguno de ellos oyó llegar a Antonio, el abuelo de Luna.
– Anda hijo entra. Estás muy pálido. Parece que hayas visto a un fantasma. 
– No hay fantasmas – susurró Gabriel ensimismado – Solamente oscuridad. 
– Ven, haré café. Seguro nos hace bien a todos. 
– No. Gracias. No hace falta– respondió Gabriel, ya más en control de sí mismo – Siento haberos despertado – y con una última mirada de soslayo a Luna, se dio la vuelta y se fue. 

Esto ocurrió el primer día de otoño y fue la primera pesadilla de Gabriel después de un verano largo y apacible. Al principio las pesadillas no fueron demasiado recurrentes, y aunque la siguiente vez que soñó se volvió a presentar en la casa de Luna aporreando de nuevo la puerta y no se calmó hasta que vio a la chiquilla, después simplemente se quedaba fuera de la casa, petrificado hasta que Antonio venía a abrirle la puerta, pues el perro lo despertaba cada vez que Gabriel se presentaba de madrugada. El viejo pastor era un hombre tranquilo y amable, le preparaba un café caliente, le aseguraba que Luna estaba dormida, que todo estaba bien. Gabriel se tomaba el café y luego se iba sin hacer ruido.

Y así empezó el otoño y pasó la mayor parte de octubre, y Gabriel volvió a ser el Gabriel de ojos furiosos y cara de susto. Siempre alerta, siempre angustiado, perseguido por demonios que no conseguía ahuyentar. 

domingo, 15 de enero de 2012

Pollo sin cebolla


Hoy quería cocinar unos muslos de pollo que compré ayer y al ir a la nevera me he dado cuenta ¡que no tenía cebolla! No me he dejado amedrentar por la situación y he decidido que el pollo me iba a quedar igual de bueno pues no me faltaban de otros ingredientes. Bueno, no es que tuviera ningunos en particular en mente. Fiel a mi estilo he cogido lo que me quedaba en la nevera y me ha quedado un pollo delicioso.

Ingredientes:
Pollo (en este caso, mulsos cortados por la mitad)
4 dientes de ajo
½ Zanahoria
½ Pimiento amarillo
½ Pimiento rojo
1 Tomate
1 Patata
Guisantes congelados (unos cuantos al gusto)

Tomillo fresco
Sal gorda
Pimienta blanca
Aceite de oliva

Preparación: En una olla calentar el aceite y dorar el pollo a fuego fuerte. Salpimentar. Picar el ajo y añadirlo. Dejarlo que se dore un poco. Luego el tomillo.  Bajar el fuego e ir añadiendo la zanahoria y  los pimientos todo cortado a trocitos pequeños. Dar un poco de tiempo a cada ingrediente. Con el tomate igual hay que darle unos minuticos. Por último añadir los guisantes y la patata, también cortada a trocitos, con un poco de agua para que termine de cocer. Una vez añadida la patata con tenerlo a fuego lento unos 20 minutos más debería ser suficiente.

Queda perfecto como segundo plato para comer con pan. O se puede variar la receta añadiendo más patata y quedaría como un plato único de lo más saludable con todo lo necesario para quedar satisfecho y con la tripa llena.